miércoles, 5 de marzo de 2014

Chávez no ha muerto!!! Vive en todos los revolucionarios!

Lo querían ver muerto. El fascio internacional, el imperialismo, la oligarquía, las distintas cabezas de la hidra del capitalismo querían ver al Comandante Chávez muerto. Pensaban que sin él se extinguiría la llama de la Revolución. ¡Qué equivocados estaban! Esos ignorantes, consumidos por su arrogancia, siempre ven a los pueblos como un rebaño dirigido. No pueden entender que hasta el pueblo más aplastado por siglos de barbarie y opresión, termina por despertar. El pueblo venezolano parecía dormido, como muchos otros pueblos, hasta que despertó. Y despertó a través de la figura de Hugo Chávez. Él impulsó, animó y educó ese despertar, pero también se alimentó del mismo. No era un Mesias, ni un Soter ni un Tribuno, era un Revolucionario, el primero del siglo XXI, desde el principio fusionado con el pueblo, siendo parte del pueblo. 


Así en 1989 cuando en el resto del mundo caían referentes y parecía que el capitalismo había ganado definitivamente la batalla, el Caracazo golpeó con contundencia la conciencia de las masas venezolanas y también la de Chávez. Pocos años después, el militar, de origen campesino, conquistó los corazones del pueblo asumiendo la responsabilidad de una intentona fracasada dirigida precisamente contra los viles asesinos responsables de la matanza de 1989. Los objetivos no se cumplieron "por ahora" pero fue el comienzo. El inicio de un movimiento que nadie en sus orígenes hubiera podido preveer. Un movimiento de dignidad. La revolución es precisamente eso: los oprimidos, los explotados, los sumisos despiertan a la vida, conquistan la dignidad y luchan para conservarla.

En sus primeros años al frente del gobierno, Chávez no cuestionaba el capitalismo. Creía sinceramente en la posibilidad de una "tercera vía", de un capitalismo de rostro humano. Fue la cruda realidad lo que le hizo reaccionar. La cruda realidad y la respuesta de la oligarquía. La burguesía venezolana, completamente dependiente del imperialismo, completamente corrompida y mafiosa conspiró desde el primer día contra el presidente del pueblo. Cada intento de conseguir justicia fue respondido con violencia. Sí, ellos pusieron y ponen la violencia, conscientes de que en última instancia es lo único que tienen para poder perpetuar su dominación. Mentiras y manipulación, asesinatos, coacción y chantaje, robo y expolio, un golpe de Estado, el paro petrolero... 

Pero el látigo de la contrarrevolución agitó la revolución, la impulsó, impulsó al propio Chávez, su fusión con el pueblo. El pueblo avanzaba en sus conclusiones y animaba a Chávez a seguir avanzando. "¡Nacionalícese!" Y es que, cuando todas las organizaciones de izquierdas renegaban de la lucha por el socialismo, Chávez recogió el legado de los grandes revolucionarios del siglo XIX y del XX. Primero Bolivar, pero pronto Marx, Lenin, Rosa Luxemburgo, hasta el satanizado Trotsky. También el Che e incluso Fidel. Chávez salvó a Cuba de un posible colapso, ofreció un amigo y aliado al pueblo cubano, una esperanza que confirmaba que resistir merecía la pena, que la perspectiva del socialismo aún era posible. Posible y necesaria. Sólo por resucitar la lucha por el socialismo y su sincero internacionalismo, debiera Chávez ser recordado por las futuras generaciones. Si a su legado le sumamos los avances sociales, educativos, sanitarios, de vivienda, etc. que ha vivido Venezuela durante su mandato, podemos imaginarnos por qué este hombre es amado por millones de venezolanos, sobre todo en un contexto en el que a nuestro alrededor no hay otra cosa que retrocesos y recortes. No sólo de discursos vive el pueblo.

Ahora, sin él, la revolución en Venezuela sigue en peligro. Será así mientras exista el capitalismo, en Venezuela y en el resto del mundo. Por eso la revolución debe ser mundial. Los capitalistas no descansarán hasta aplastar cualquier ejemplo de dignidad y lucha. La "oposición" tan democrática, tan alabada por los portavoces "progres" de la burguesía aquí en el Estado español, es el agente público del imperialismo, agrupando a la ignorancia, el resentimiento, la desmoralización y el egoísmo. 

Pero como el propio Chávez denunció, una y otra vez, el enemigo también está dentro del campo revolucionario. Los falsos amigos revolucionarios, los que se ponen la "franela roja" para luego actuar como el caballo de Troya de la burguesía. Tanto los pseudo marxistas que en nombre del socialismo acusaban a Chávez de "burgués", como los pseudo revolucionarios que en nombre del socialismo defienden el capitalismo en Venezuela y ponen palos de rueda al avance del proceso. Los burócratas, vividores del aparato estatal, epígonos de Chávez que se aprovechan de su memoria... son éstos enemigos de la revolución los más sibilinos, los más peligrosos, los más desmoralizantes.

Sí, la revolución está en peligro, y su destino dependerá de lo que suceda dentro del país, de si se culmina el socialismo, se expropia a los capitalistas y banqueros... Y también de los que sucederá fuera: De lo que sucederá en el resto de América Latina, en Europa, en EEUU, en el mundo árabe... En estos tiempos de revolución y contrarrevolución, una victoria del socialismo en cualquier país transformaría el mundo, y la burguesía lo sabe.  

Chávez no ha muerto. Está en el corazón, en el espíritu de cada revolucionario venezolano, de cada trabajador, joven, campesino... de todo este mundo en crisis. Le debemos mucho y mucha responsabilidad tenemos sobre nuestras espaldas para continuar con su legado. 

La principal lección: el socialismo es necesario, pero no en un futuro indefinido, no. Es necesario ahora mismo, en América y en Europa, en Asia y África porque el capitalismo sólo puede ofrecernos horrores, cada día lo demuestra por activa y por pasiva. 

Segunda lección: el socialismo sólo puede vencer si lo hace a nivel mundial, internacional, en todo el mundo. Los sufrimientos de Cuba, las intrigas contra Venezuela, el trágico destino de la URSS dan fe de este hecho.

Tercera lección: los enemigos no son invencibles, ¡se puede derrotar al imperialismo!, pero son peligrosos, no se les puede infravalorar. Por eso el pueblo tiene que estar  organizado, organizado en partidos, sindicatos, movimientos sociales. 

Cuarta lección: las revoluciones no son clichés rígidos, manuales con instrucciones precisas. Son procesos vivos, peculiares, que pueden adoptar distintas formas. 

Apliquemos estas lecciones en todo el mundo. ¡Es nuestro momento! Como le gustaba decir a Chávez, parafraseando a Rosa Luxemburgo: "socialismo o barbarie". Tenemos todo un mundo por ganar. 

Comandante, nunca abandonarás nuestra memoria.

¡Chávez vive, la lucha sigue!

1 comentario: