lunes, 24 de marzo de 2014

Éxito histórico del 22M!! Y ahora qué?

Ni los fantasmas de la recuperación, ni la muerte del "prohombre" Suárez, ni el boikot de las direcciones de PSOE, CCOO y UGT, ni la manipulación y mentira de los medios han podido ensombrecer la Marcha de la Dignidad. En torno a dos millones de personas. Más de 800 autobuses y trenes. Cerca de dos mil personas en las marchas a pie. Miles de voluntarios en las tareas organizativas. La reacción violenta y odiosa de la burguesía, a través de sus medios de comunicación y su aparato estatal y político ha sido directamente proporcional al tremendo éxito de la Marcha de la Dignidad. Ha sido un hito histórico y marca un punto de inflexión en la situación política en el Estado español y en la crisis y caída del régimen del 78.
Primero reconocer el tremendo ejemplo de dignidad y lucha desplegado por los participantes en la Marcha. Para empezar, todos los que participaron en la marcha a pie, que en su recorrido se encontraron tanto con grandes muestras de solidaridad y simpatía, como también con obstáculos y odio por parte de los de siempre. Cualquier homenaje no estará a la altura de su abnegación. Después, la participación de decenas de miles de luchadores de todo el Estado y los numerosos colectivos que, sin sectarismos nacionales u organizativos, entendieron que contra el capitalismo tenemos que ir todos a una y volcaron esfuerzos para que la organización del 22M fuera eficiente y exitosa. Y por supuesto el pueblo de Madrid que se volcó con la Marcha y tomaron las calles dotando a la movilización de una masividad que nos recuerda a las manifestaciones más numerosas celebradas en Madrid en toda su historia.

El entusiasmo fue la nota dominante durante todo el día. Ya desde los viajes en autobús, donde ya se hizo notar el "Sí se puede" y otros cánticos que nos llenan de optimismo y ganas de luchar. Los registros de algunos autobuses por parte de la policía no pudo evitar el desbordamiento de la participación y logró amedrentar el ambiente. Los recibimientos de los marchistas fue emotivo, emocionante, la piel de gallina y el corazón en un puño. Y después en el Paseo del Prado la sensación de unidad, de multitud, de que somos decenas y decenas de miles los que estamos dispuestos a luchar fue embriagadora. Consignas, cánticos (algunos muy preparados y elaborados) y tremendas muestras de imaginación de los participantes, en sus pancartas, en sus ánimos, en su voluntad. No hay palabras que hagan honor a ese sentimiento colectivo de fuerza que la burguesía y los reformistas tanto odian. Y las banderas... banderas republicanas, andaluzas, senyeras y esteladas, ikurriñas, banderas comunistas, anarquistas... como han cambiado las cosas desde el 15M cuando sus promotores rechazaban las banderas, rechazaban las organizaciones y decían que no eramos ni de izquierdas ni de derechas. Estos años de trepidantes y dramáticos acontecimientos ha reivindicado que sí que somos de izquierdas y que el problema es el capitalismo.

De la represión al finalizar la Marcha, como del cinismo mentiroso de los medios de comunicación burgueses, sólo decir que estuvieron a la altura de su misión: preservar el orden capitalista y tratar de aislar a los que luchamos contra el sistema. Sin embargo, con el pueblo en movimiento poco pueden hacer. Sus porrazos ya no amedrantan, sus mentiras cada vez tienen menos credibilidad. 

PSOE, UGT y la dirección de CCOO fuera de onda

La importancia del 22M es histórica. Y en primer lugar es histórica porque, exceptuando el 15M, es la primera vez desde la transición que una movilización tan masiva se produce sin el concurso, o sin la mano, de las direcciones de PSOE, CCOO y UGT. Las movilizaciones contra Aznar, por ejemplo, aunque su fuerza estuvo en la participación anónima de cientos de miles de personas, fueron interesadamente azuzadas por la cadena Ser y la dirección del PSOE. El 15M, punto de origen de todos los acontecimientos posteriores, tampoco fueron orquestados por los dirigentes reformistas de las grandes organizaciones, pero por su propia naturaleza, un despertar político, la confusión en las consignas y los prejuicios antiorganización diluyeron en parte la tremenda nitidez y contundencia anticapitalista que hemos visto el sábado. El 22M es un tremendo golpe para los dirigentes del PSOE, UGT y CCOO. 

Rubalcaba y los dirigentes del PSOE son claramente agentes de la burguesía a la hora de preservar el capitalismo. Pero muchos de sus votantes e incluso militantes no ven las cosas de esa manera. Que el 22M salieron a la calle miles de ex-votantes del PSOE, e incluso militantes, no es ningún secreto.Aunque la táctica de Rubalcaba es esperar a que el PP se desgaste para que el PSOE pueda continuar ejecutando la política dispuesta por la burguesía, el divorcio del PSOE con su "flanco izquierdo" se está ahondando cada vez más y desde luego eso es un problema para los defensores del capitalismo. ¿Quién tendrá autoridad para reemplazar al PP y preservar el orden establecido? El PSOE está abocado a una tremenda crisis, ya sea por un mal resultado en las europeas, por las luchas internas entre las camarillas dirigentes o ya sea en la tarea de reemplazar a Rajoy - o sostenerlo- al frente de un gobierno capitalista. 

Lo cierto es que el 22M ha roto por completo la táctica seguida por las direcciones sindicales de CCOO y UGT tras la última huelga general de tratar de dividir las luchas y de evitar por todos los medios un cauce donde confluir. De hecho, donde precisamente se prepara un conflicto tremendo, e incluso podemos hablar de una escisión de facto es en CCOO. La dirección de CCOO, empezando por Toxo, son valedores indiscutibles de la táctica de "divide y vencerás". La paz social deseada en los despachos de la cúpula de CCOO choca por completo con miles de activistas y delegados del sindicato. 

El 15M ocupó el vacío que dejaron CCOO y UGT cuando en lugar de luchar consecuentemente contra los recortes, firmaron la contrarreforma de pensiones con Zapatero. Con el 22M ha pasado algo similar, cuando más obvio es la necesidad de unificar las luchas, cuando movimientos como la PAH o la Marea Blanca, o los trabajadores de la limpieza de Madrid han demostrado que ¡sí se puede!, mayor parálisis teníamos en la acción de los grandes sindicatos. Que a pocos días de la marcha, Toxo y Méndez aparecieran junto a Rajoy para hacer un brindis al sol no tiene excusa ninguna. No tenía otro objetivo que tratar de enfriar el ambiente de cara al 22M. No lo consiguieron. De hecho la autoridad de Toxo está bajo mínimos. El comunicado de CCOO de bomberos de Madrid, criticando el encuentro con Rajoy y llamando a participar al 22M fue muy elocuente la respecto. Y también la presencia de numerosos afiliados de CCOO en la propia Marcha, e incluso con las banderas del sindicato. Esa escisión de facto entre dirigentes y base inevitablemente tiene que terminar por explotar. Una pequeña parte quizás se exprese en des-afiliaciones e incluso en el crecimiento de la CGT, pero otra sobre todo se está preparando una lucha interna dentro del sindicato que incluso pueda llevarse a Toxo por delante. En todo caso los dirigentes de CCOO y UGT quedan en muy mala posición después del 22M y un sector del aparato tratará de recuperar parte de la autoridad perdida frente a otro sector del aparato con miedo a que cualquier mínimo movimiento pueda escapar de su control.

La PAH, Izquierda Unida y los demás organizadores

Dentro de las fuerzas que convocaron el 22M de manera activa, sin desmerecer a ninguna otra, destacaron en la marcha con luz propia la PAH, el SAT y también Izquierda Unida. 

La autoridad de la PAH en todo el Estado es tremenda. Son un ejemplo de dignidad, de abnegación, de organización... Han hecho posible lo que hace un par de años parecía imposible. Gracias ha ellos ha cambiando un aspecto esencial en la psicología de un sector cada vez mayor de las masas: ¡Tenemos que ser nosotros mismos los que nos organicemos y luchemos por lo nuestro! Es decir, ni en dioses, reyes, ni tribunos está el supremo salvador, nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor, dice la Internacional, unos versos que bien podrían estar grabados en oro en las banderas verdes de la PAH. La PAH ha despertado a la política activa a miles de trabajadores que ahora están dispuestos a luchar hasta el final. Cualquier fuerza que se reclame revolucionaria debería tomar nota y ejemplo del tremendo trabajo que están desarrollando. De hecho el futuro político de Ada Colau será muy importante en los próximos acontecimientos políticos. Es una dirigente de masas, con una tremenda autoridad política y moral. Si finalmente diera el paso de lanzarse a la política, pocos políticos podrían competir con ella.

Otra fuerza que ha ganado un tremendo prestigio y autoridad en estos últimos años está siendo el SAT de Gordillo y Cañamero. Dentro y fuera de Andalucía son percibidos como luchadores honestos, revolucionarios consecuentes y un ejemplo de dignidad. No es lugar para analizar la política de Marinaleda, su gran carta de presentación, pero que el SAT está integrado por revolucionarios honestos es tan evidente, que irradia un tremendo respeto en todo el Estado. Otra cuestión es la relación del SAT y la CUT (su organización política) con Izquierda Unida. E Izquierda Unida en el gobierno andaluz (y en Extremadura).

Izquierda Unida ha destacado en la Marcha. Está claro que la coalición la ha hecho suya y sus militantes han participado activamente en todo el Estado. Aunque también había otros colectivos y fuerzas políticas, el despliegue de IU ha sido muy importante y, coincidiendo con su ascenso en intención de voto, se está convirtiendo en un referente de lucha y de cambio político, sobre todo en Madrid. Aunque estos éxitos amortiguan los problemas crónicos presentes en la coalición, los choques en la elaboración de la lista electoral para las elecciones europeas, o la situación contradictoria en Extremadura (sosteniendo al PP) y Andalucía (gobernando y recortando con el PSOE) demuestran que también se preparan luchas dentro de IU precisamente entre el viejo aparato heredado de los años 90 y 2000, con sus lacras y vicios reformistas y los activistas y luchadores de la base que cada vez más mirarán a IU buscando una altenativa y un referente. Esta batalla dentro de IU tendrá también consecuencias en CCOO (o viceversa, lo que pase en CCOO afectará a IU), pero está claro que la coalición no sólo va a crecer en votos, también en militantes, participación y responsabilidad.

Otros grupos minoritarios, aunque se proclamen revolucionarios, únicos, diferentes o auténticos, han vuelto a demostrar el 22M que son una gota en un océano de participación. Un caso muy claro lo tenemos en Podemos de Pablo Iglesias. Aunque cuando anunciaron la candidatura parecía que sí podían hacer daño a Izquierda Unida -el apoyo de los medios, llenaron salas en Madrid y Asturias-... todo parece indicar que esta plataforma oportunista se está desinflando y difícilmente pueda dañar el ascenso de IU.

Catalunya

No corresponde aquí entrar en la situación política de Catalunya. Hay que señalar que desde Catalunya participaron 40 autobuses en la Marcha, fundamentalmente de la PAH, un sector de la izquierda independentistas, IAC, CGT y EUiA. Podrían haber sido muchos más de no ser porque la dirección de la CUP miró claramente hacia otro lado considerando que el 22M no iba con ellos. Esa actitud ha sido claramente errónea. La CUP se tenía que haber implicado por completo en la Marcha. Defender el derecho a la autodeterminación para Catalunya no hubiera sido un impedimento para marchar sobre Madrid. Todo lo contrario, precisamente hubiera tendido puentes, garantizado una mayor pedagogía sobre la cuestión nacional catalana a los miles de luchadores y activistas del resto del Estado que no tienen ningún interés en oprimir al pueblo catalán.

¿Y ahora qué?

El PP no va a dar su brazo a torcer. Confían en un futuro de recuperación que pueda salvar su base electoral con promesas de rebajas fiscales, la amenaza del separatismo catalán y la defensa del orden y la Constitución. No es casualidad que con Wert y Gallardón a la cabeza el PP haya girado en su práctica política hacia la extrema derecha, precisamente para evitar fugas por su "flanco derecho". La burguesía va a tratar de preservar en la medida de lo posible al PP, fundamentalmente porque cualquier otro escenario que no sea la actual mayoría absoluta de Rajoy supondría más inestabilidad política y más dificultades para continuar con los ataques.

Ahora, la actitud del PP va a seguir espoleando la lucha, sobre todo cuando las últimas experiencias han demostrado que ¡sí se puede! 

El 22M tiene que ser un comienzo. No el final de nada, sino el principio de un movimiento cada vez más amplio de coordinación y lucha. La coordinación de colectivos, mareas, movimientos sociales y organizaciones políticas y sindicales de izquierdas debe de profundizarse. Sería un grave error dejar morir el 22M o simplemente limitarse a convocar una nueva acción para dentro de 6 u 8 meses. Una buena forma sería impulsar en todos los movimientos sociales, políticos y sindicales, una campaña conjunta por una huelga general de 48 horas que exija la dimisión de Rajoy y elecciones anticipadas, exigiendo a las direcciones de CCOO y UGT su convocatoria inmediata. Hay que aprovechar que ahora la situación está caliente para lanzar un nuevo golpe, intenso y bien organizado. 

Y sobre todo, una manera de darle continuidad al 22M sería lanzando un Gran Congreso de activistas sociales, sindicales y políticos en todo el Estado, primero a escala de barrio, local, de fábricas... para coordinados de abajo a arriba, confluir en un Gran Congreso Estatal. Izquierda Unida, la PAH, el SAT y otras fuerzas podrían impulsar la organización de estos congresos. Sería un paso adelante muy útil para abordar un programa político que condujera a un Frente Unido de la izquierda revolucionaria y a una estrategia de lucha conjunta para tumbar al PP y el régimen del 78. 

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